lunes, 2 de mayo de 2011

UNA PROFECIA QUE, LAMENTABLEMENTE, SE CUMPLE

Amigos, hace diez años hice una página en Internet que titulé con mi nombre, un amigo me pidió hacerle el prólogo. Acepté el honor de que este querido y respetado amigo me ofreciera escribir el introito.


Como todo amigo que quiere bien, probablemente exageró algunas cualidades mías, lo que no deja de nutrir mi ego.


Un párrafo de este escrito, con el tiempo, terminaría convirtiéndose en una profecía que, lamentablemente, se está cumpliendo.


Todos veían el final, todos me lo advertían, pero mi altanería de considerarme inmune y eterno no me permitió aceptar la realidad.


Un abrazo, José Mármol






PRÓLOGO A LA PÁGINA DE JOSÉ MÁRMOL

Para el Señor José Mármol, quien me distingue con su amistad y afecto.

Dr. Raúl Alejandro Reissig

03/10/01.


Si bien no recuerdo con exactitud, creo que hace aproximadamente diez u once años que conocí a Pepe. Puede decirse que era un "porteño de ley". Bien vestido. Traje gris; camisa creo que celeste, corbata rayada; zapatos abotinados "tipo militar", bien lustrados y pelo corto y engominado. Su aspecto era el de una persona pulcra y además, sumamente detallista.


Se me acercó, extendió su diestra, esgrimió una sonrisa adquirida y elaborada en la fábrica "Del Buen Anfitrión" y luego de escuchar mi nombre y apellido, - sin dejar de sonreír -, y de manera orgullosa y hasta con una soberbia que no le molestaba exponer, me dijo con voz pesada y grave "encantado, José Mármol".-


Luego y sin esperar respuesta, una vez mas llevó a su boca su infaltable cigarrillo y aspiró una profunda y prolongada pitada, que con el correr de los años se tornaría un signo distintivo de Pepe. No sería él sin su infaltable y letal amigo. Lo matará de a poco o sorpresivamente, pero no hay lugar a dudas que esa amistad durará hasta su último aliento.-


Mi apellido guarda también parte de la historia de la literatura americana.


Quizás menos combatiente resultaba la pluma de mi antepasado, pero reunía en ella parte del romanticismo rioplatense que nos identifica y que constituye un tatuaje literario que nos distingue.


Siendo así, teníamos entonces una historia en común. Podría decirse que éramos parientes de la tinta y el papel. Y ello, aunque siendo muy diferentes, nos hermanaba.

Conocí un hombre presto siempre a brindarse por la amistad o la palabra.


Orgulloso de sus orígenes y creyente de toda causa noble que pudiera presentarse.


Inquieto por poner en marcha sus ideas, las cuales defiende " a capa y espada". Una mezcla del Quijote y Mosquetero. Cruzadas contra molinos de viento o intentos de lavar con sangre las afrentas que consideraba proferidas.

Nacionalista a ultranza y periodista sin periódico.


Escritor por descendencia y político por vocación.


Terco hasta la bofetada y luchador por excelencia.


Habitante de dos mundos. El de la realidad y el de los sueños, en el cual creo que se siente mucho más cómodo. Nostálgico de haber nacido mucho después de lo que hubiese querido.


Su enfermizo amor por su tierra y por su patria. Códigos en los que cree aunque hayan desaparecido y valores por los cuales estaría dispuesto a dar su vida.


Merecido propietario de un mundo de defectos, que a mí particularmente no me molestan. Si al fin al cabo es humano; casi mi pariente y además MI AMIGO...


Quizás en otra dimensión o quizás en otra vida, los sueños serán la excusa para seguir viéndonos y sino serán el motivo para otro cigarrillo y una charla entre AMIGOS...












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