lunes, 16 de agosto de 2010

Trabajo de investigación sobre la democracia ateniense.

Trabajo de investigación sobre la democracia ateniense.



Indice


1. Introducción


2. El surgimiento y la evolución de la polis.


3. El camino hacia la democracia en Atenas.


4. Coyuntura histórica de la democracia ateniense.


5. La Política.


6. Conclusión


7. Bibliografía.






1. Introducción


El objetivo del presente informe es explicar objetivamente las causas, el desarrollo y el alcance de la denominada "democracia ateniense". Se verá la repercusión de este sistema político en la sociedad y la economía de la Atenas Clásica. Otro punto importante que se tratará es la visión de los estudiosos contemporáneos con respecto al tema. Finalmente se establecerá una comparación entra la democracia de Atenas y la República Romana, especialmente en cuanto al funcionamiento y la representatividad de ambos sistemas.


Naturalmente la extensión de cada uno de los puntos mencionados anteriormente es tema como para varios volúmenes y, seguramente, el trabajo seguiría incompleto. Por lo tanto este informe presentará los temas de una manera no extensamente desarrollada pero completa, tratando de explicar todos los ítems en cuestión, pero no con la extensión que merecen. La cuestión central será ver cómo funcionaba concretamente el sistema democrático en Atenas, saber si era representativo de toda la sociedad o de sólo un sector, cuáles eran los órganos que le daban forma y quiénes fueron los personajes que le dieron vida.


La elección del tema responde principalmente a que el sistema democrático es una de las creaciones más acabadas de la cultura griega y posee alcances, salvando las diferencias, hasta nuestros días. Si bien es cierto que la democracia no es el único legado griego a nuestra civilización, es uno de los más mencionados y estudiados, por lo que merece especial atención.


El trabajo se inicia con el nacimiento de la polis, ya que es el marco en el que se desarrollará posteriormente la democracia y que la verá caer. Muchos temas, como la esclavitud, las guerras (tanto las guerras contra los Persas como la Guerra del Peloponeso) o las estructuras sociales, son tratados de manera muy sintética, debido a la dimensión del trabajo. Sin embargo estos temas requieren necesariamente ser mencionados, aunque sea de manera breve, ya que pertenecen a la coyuntura histórica en la que se generó la democracia de Atenas. Excluir su mención parece incorrecto, dada la importancia del contexto histórico en los cambios que se produjeron en el sistema democrático griego entre los siglos VI y IV a.d.C.


Otro de los puntos de este trabajo que merece atención es el tratamiento de la importancia de la guerra y de la participación popular en los sistemas políticos de Atenas y Roma. La guerra fue un móvil vital para todo el Mundo Antiguo, generadora de líderes políticos y causa del debilitamiento y caída de sistemas como el ateniense. La comprensión de la importancia de la participación popular resulta fundamental porque muchos autores caen en la idealización del sistema otorgándole características que se alejan de la realidad.


2. El surgimiento y la evolución de la polis.


Para poder comprender las modificaciones de las formas políticas que llevaron al surgimiento de la democracia en Atenas resulta fundamental explicar brevemente el nacimiento y desarrollo de la polis. Es evidente la importancia de este nuevo sistema en la evolución del mundo griego, tanto en el aspecto político como en el cultural, social o económico. Un ejemplo de la importancia de la polis en relación con la democracia puede verse claramente, ya que con el desarrollo de la ciudad – estado aparece cada vez más definida la idea de ciudadanía, que resulta fundamental para el funcionamiento del sistema democrático.


"La época arcaica es probablemente el período más importante de la historia de Grecia. Aunque la Grecia de la época clásica, más brillante y mejor conocida, sea la más atrayente, no puede concebirse sin el período que la precedió. Efectivamente, en la época arcaica se dieron innovaciones capitales en todos los terrenos." Se hace muy difícil rastrear el origen de la polis por diferentes factores: en primer lugar no se puede hablar de un nacimiento de ese tipo de organización simultáneo en toda Grecia, tampoco se puede pensar que todas las polis evolucionaron de la misma manera, y la documentación de la época es muy escasa. Los autores proponen diferentes explicaciones a cerca de los elementos que pueden haber hecho que este sistema se hiciera posible. Vidal – Naquet y Austin mencionan una teoría que hace aparecer al factor geográfico como detonante, el fraccionamiento físico del paisaje griego da como resultado el fraccionamiento político.


Esta teoría es criticada por los autores, afirman que no es totalmente ilógica, pero que debe estar acompañada por algún otro elemento, porque hubo muchos habitantes anteriores en Grecia que no vivieron en polis, si bien el paisaje físico era el mismo. Los autores explican algunos otros factores posibles, pero terminan afirmando que "se nos escapa totalmente el proceso de cristalización de la polis, sin que haya posibilidad de lo contrario" Por su parte, Bravo hace una explicación del inicio de la polis que se inicia con un factor poblacional. Sería entonces un aumento demográfico, que desborda el sistema parental de los oikos. Se produce entonces una unión en torno a la aldea por parte de las diferentes familias (genos). El siguiente paso que menciona Bravo es la agrupación de las aldeas pertenecientes a diferentes tribus (phylé). La polis fue entonces la evolución poblacional de los oikos que dio como resultado una serie de agrupaciones que generan los cimientos sobre los que luego nacerá la polis. "La integración del marco urbano y el rural en una sola comunidad de ciudadanos fue la base sobre la que se asentó la nueva organización sociopolítica, la polis griega."


También se hace difícil mencionar un momento histórico en que se puede hablar de polis establecidas en el territorio de Grecia. Bravo afirma que "la situación descrita en la obra hesiódica, aun sin mencionarla, apunta ya a una polis aristocrática en funcionamiento." De ésta manera, Bravo sitúa al siglo VIII, incluso con anterioridad, como el momento en que se configuró este nuevo sistema político. Para Vidal – Naquet y Austin una de las pruebas más contundentes para poner una fecha con respecto al origen de la polis es la colonización que se inicia en el siglo VIII. "Señalemos aquí un hecho fundamental: las colonias implantadas en Sicilia, en el sur de Italia y en otras zonas, con excepción de ciertos emporia, son todas desde un principio polis, que imitan las instituciones de sus metrópolis, prueba evidente de la existencia de la polis desde los comienzos del período de la colonización."


Por lo tanto ya contamos con dos elementos fundamentales para la comprensión de la polis: la hipótesis del origen y el marco temporal. Ahora es importante explicar brevemente los diferentes modelos de organización política de las ciudades – estado griegas.


La polis monárquica es la más antigua de las organizaciones. Para muchos autores el régimen monárquico se extingue al aparecer la polis, por lo que es imposible hablar de polis monárquica. Bravo afirma que "se duda que pueda hablarse sensu stricto de una polis monárquica en el período arcaico." La tradición mantenía el cargo de rey o basileus para una magistratura de carácter religioso o para denominar un cargo militar. La evolución de este sistema monárquico se dio en tres etapas. En la primera el rey era uno de los jefes de las tribus que constituían la ciudad y ostentaba cargos religiosos, militares y judiciales. Mas tarde el rey sería elegido de entre los miembros de la nobleza. Finalmente la figura del monarca se vería limitada en sus funciones por un Consejo de Ancianos, llegando incluso a ser prácticamente ficticia.


El siguiente modelo de organización política es el de la polis aristocrática. Su origen es tema de debate entre los historiadores, Bravo explica que "se pretende que la caída de la monarquía fue la consecuencia de una revolución política llevada a cabo por las aristocracias locales del mismo modo que la sustitución de éstas por los regímenes tiránicos." La explicación que ofrece Bravo no incluye revoluciones, afirma que el paso de la monarquía a la aristocracia no fue violento en la mayoría de los casos, sino la consecuencia de la paulatina acumulación de poder de los grupos propietarios de tierras durante el período anterior. Los grupos que poseían el poder de las tierras, eran en ese momento los que también tenían el poder militar. La duración de este tipo de organización en su forma teórica es de dos siglos, desde el VII al VI.


Otro tipo de organización que se dio en el contexto de las polis es el de las tiranías. "En la teoría política griega (clásica) la tiranía no era sino una degeneración de la monarquía." Según Aristóteles, la diferencia entre un tirano y un monarca no estaba basada en la naturaleza de su poder, sino en la forma de ejercerlo, el monarca lo hace con la ley, mientras que el tirano ejerce el poder en beneficio propio. "La tiranía es, como se ha dicho, una monarquía que ejerce un poder despótico sobre la comunidad política". Según Bravo los tiranos pertenecen a las familias aristocráticas que en la generación anterior habían terminado con las monarquías. Los regímenes de tiranos se establecieron en el siglo VII y fueron predominantes en casi todas las polis de Grecia y el Egeo. La configuración de este nuevo tipo de poder se dio principalmente con el descontento popular con los gobiernos aristocráticos, que generó una inestabilidad política que fue aprovechada por los tiranos que contaban con el apoyo de los demos, término que según Bravo a partir de ese momento ya no se utilizará más para denominar a los cuerpos de ciudadanos y se aplicará a grupos inferiores.


Es en este contexto en el que se empiezan a gestar los regímenes democráticos. La tiranía, a pesar de su carácter semi-monárquico y la democracia con su tendencia aristocrática "supusieron una ampliación considerable de la comunidad política con la integración en la polis de nuevos grupos sociales y económicos."


3. El camino hacia la democracia en Atenas.


Evolución de Atenas hasta Dracón.


Se tienen muy pocos elementos como para rastrear con certeza la historia primitiva de Atenas. Fue pasando por los diferentes tipos de gobiernos de las polis, antes mencionados, estuvo regida por una monarquía "absoluta" que fue perdiendo poder en manos de la aristocracia local. Cuando se produjo la unificación del Ática, los distritos que aceptaron el liderazgo político de Atenas a cambio de crear un "consejo común" integrado por los representantes de las familias nobles. "De este modo, el paso de la monarquía a la aristocracia se produjo aquí sin estridencias aparentes en el sentido de que el ‘clan aristocrático’ se repartía ahora funciones militares, políticas y religiosas que hasta entonces habían sido confiadas al ‘rey’ de la comunidad." Hacia el siglo VII fue establecido un gobierno oligárquico de nueve arcontes y la autoridad del monarca sobrevivió en un de ellos denominado arconte – rey, con funciones religiosas, el "polemarco" usurpó al rey sus funciones al mando del ejército y con el tiempo el cargo del monarca dejó de ser vitalicio. Los grupos aristocráticos, fundamentalmente los viejos arcontes integraban el Areópago. Según Bravo este proceso se dio en todas las regiones de Grecia entre el siglo VIII y el VII a.d.C. Existía una gran diversidad regional en el Ática, y Atenas funcionaba como elemento de cohesión, especialmente entre el campo y la ciudad. En Atenas el proceso de unificación entre la ciudad y las aldeas vecinas se dio más temprano, por lo que no siguió todos los pasos de evolución en forma pareja con otras polis: "no participó de la primera fase de la expansión colonial durante la segunda mitad del siglo VIII, ni conoció la implantación de tiranías durante el siglo siguiente, cuando otras polis libraban una dura lucha interna desde las diversas facciones de la aristocracia y entre esta y el ‘demos’ con aspiraciones de participación en la vida política." En cambio, en Atenas fue predominante el dominio de los eupátridas que se mantuvo hasta aproximadamente el siglo VI, cuando comenzaron promoverse reformas sociales y económicas en defensa de grupos no aristocráticos. Hubo intentos de propiciar tiranías en Atenas, pero fracasaron (un ejemplo es el intento de Cilón, un noble ateniense yerno del tirano Teágenes de Mégara).


Un intento de poner freno a los abusos de los eupátridas fue el intento de algunos grupos aristocráticos de imponer un sistema de leyes codificadas que la mayoría de los historiadores le atribuyen a Dracón, hacia el año 621 a.d.C. Las leyes draconianas estaban basadas en el antiguo derecho patriarcal, castigaban los delitos con gran severidad y aplicaban frecuentemente la pena de muerte, aun a los acusados con faltas leves. Por su excesivo rigor, las leyes de Dracón cayeron en desuso y no solucionaron el problema social de fondo que aquejaba a la población y los problemas sociales persistieron.


Las reformas de Solón.


Atenas estaba por caer en una completa anarquía cuando los diferentes puntos de conflicto, eligieron a Sólon para el arcontado (año 594 a.d.C). Solón pertenecía a la familia de los Medóntidas (que eran eupátridas), y fue uno de los primeros personajes importantes de la política griega. Solón dejó sin efecto el severo código de Dracón y, para satisfacer las demandas de los atenienses propició una serie de reformas. "Entre las reformas de Solón y las de Clístenes, a fines de siglo, en Atenas se implantó la tiranía de los Pisistrátidas que de forma inusual dio paso a la democracia [...] Pero la propia tradición griega se encargó de ‘lavar’ la experiencia tiránica en Atenas forjando el ‘mito’ de Solón como ‘padre fundador de la democracia’." Bravo afirma que Solón, como eupátrida, pertenecía a la nobleza ateniense y sus formas políticas y sociales se corresponden con las de un régimen timocrático en el que el honor de los ciudadanos se adecuaba a su diferente capacidad económica. En el aspecto social, dividió a la población en cuatro clases, de acuerdo con su fortuna, los más adinerados tenían más derechos políticos, pero pagaban más impuestos. Estableció que todos los ciudadanos tenían libre acceso a la Asamblea del Pueblo (ecclesia), que era la encargada de votar las leyes. Solón creó el Consejo de los Cuatrocientos destinado a preparar los proyectos de leyes, y al que podían acceder sólo miembros de las tres primeras clases. El Areópago siguió administrando la justicia, pero estableció en Tribunal de Heliastas, destinado a la apelación de las sentencias de los arcontes, cuyos miembros eran ciudadanos pertenecientes a la última clase.


División de clases con la reforma de Solón:


CLASES


DENOMINACIÓN


RENTA


CATEGORÍA POLÍTICA







En economía fomentó la industria y el comercio, favoreció al artesanado e introdujo un nuevos sistema de pesos, medidas y monedas. "Aunque el alcance político de este tipo de reformas es dudoso, su incidencia económica es indudable, dado que desde entonces los productos atenienses comenzaron a desplazar de los mercados orientales y occidentales a los corintios, a pesar de que Atenas hasta ca. 600 no había intervenido en el proceso de expansión colonial." Las leyes de Solón no quitaron en poder a las clases más altas, pero permitieron a los ciudadanos no aristocráticos enriquecidos (especialmente por el comercio), ocupar cargos más altos.


Sus reformas con importantes, porque constituyen un importante antecedente del futuro sistema democrático ateniense, pero la obra política de Solón resultó insatisfactoria al no resolver los problemas sociales planteados por la creciente demanda de tierras.






La tiranía de Pisístrato.


"Las reformas de Solón no produjeron los efectos esperados, sino que, por el contrario provocaron el descontento generalizado de la ciudadanía." Los eupátridas se vieron perjudicados en el aspecto económico, mientras que las clases bajas (zeugitas y thetes), aunque mejoraron su situación, reclamaban el ansiado y prometido reparto de tierras. Este descontento generalizado provocó lo que los griegos denominaron stasis, que según Bravo es una situación de especial inestabilidad política y social que aquejó a la polis ateniense durante las dos primeras décadas del siglo VI a.d.C.


En medio de esta situación de inestabilidad, Pisístrato, con el apoyo de una parte del demos de la ciudad y de campesinos de los alrededores, consiguió imponerse como gobernante en Atenas. Tuvo una serie de problemas hasta alcanzar el poder, fue desterrado durante diez años y en dos ocasiones tuvo que abandonar Atenas.


El período de la tiranía de Pisístrato fue de gran provecho para la ciudad de Atenas, intensificó el comercio, promovió el monocultivo (vid u olivo) iniciado por Solón y favoreció las redes comerciales de Atenas en el Egeo. "Pero quizás el aspecto más destacado de la política de Pisístrato sea la realización de un ambicioso programa de ‘obras públicas’, con la finalidad no sólo de mejorar la ‘imagen’ de Atenas en el mundo griego, sino también de reforzar la base ideológica de su poder."


La muerte de Pisístrato inicia una etapa confusa en cuanto al poder de la ciudad. Sus hijos Hipías e Hiparco, alternan el mandato con otros arcontes aristocráticos que quieren impedir el mantenimiento de la tiranía. En el 514 Hiparco es asesinado por un grupo de tiranicidas y en el 510, Hipías es obligado a huir a Asia Menor. De ese modo Atenas recobra lentamente la estabilidad política y el camino hacia la democracia esta preparado. "Atenas, que ya antes era poderosa, vio por aquel entonces –al desembarazarse de sus tiranos- acrecentado su poderío"


4. Coyuntura histórica de la democracia ateniense.


Las reformas de Clístenes.


Existen diferentes opiniones con respecto al papel de Clístenes en el desarrollo de la democracia en Atenas. Bravo afirma que: "la llamada ‘revolución’ clisteneana no instauró la ‘demokratia’ en Atenas, pero si sentó las bases institucionales de un futuro funcionamiento democrático de la polis ateniense." Por su parte, Bowra sostiene que: "La democracia ateniense existía antes de Pericles y, desde un principio contenía muchos de sus rasgos característicos." Heródoto habla de la época de Clístenes como isegoría o libertad de expresión, mientras que Aristóteles se refiere a la isonomía que significa igualdad de oportunidades políticas


El período posterior a la expulsión de Hipías, el último tirano, es confuso. Heródoto afirma que la caída de la tiranía debe ser atribuida a la familia de los Alcmeónidas, pero según Bravo existe una participación política y militar activa por parte de Esparta. Los Alcmeónidas habían tenido una política antitiránica constante y esperaban los frutos de su esfuerzo opositor que había sido de años, pero para llegar al poder necesitaban más apoyo del que poseían. Uno de los eupátridas era Clístenes, quien aprovechó la confusa situación política y puso de su lado a grupos de las clases bajas que habían visto mejorar su situación con Pisístrato y que ahora temían a un gobierno aristocrático que los perjudicara nuevamente. Tuvo una oposición clara liderada por un líder oligárquico llamado Iságoras quien recurrió a la ayuda de Esparta en su lucha contra Clístenes, pero no tuvo éxito.


"Las reformas de Clístenes fueron ingeniosas, complejas y de largo alcance." Los habitantes del Ática estaban tradicionalmente divididos en cuatro tribus, cada una con su propia estructura interna de pirámide. Esta división era conflictiva porque traía problemas regionales entre los habitantes de la polis. Clístenes dividió la ciudad en cien demos, que a su vez formaban diez tribus, cuyos integrantes eran iguales ante la ley y pertenecían a zonas muy diferentes de la ciudad (cada demo contenía habitantes de la ciudad, del litoral y del campo). Esta división hizo desaparecer la importancia del sentimiento local como fuerza política y suponía la idea de que el Ática respondiese con mayor facilidad a la llamada de unidad nacional. "Atenas no sólo era un verdadera democracia, sino que estaba bien organizada contra las disensiones internas."


Además de esa acertada división, Clístenes reformó el antiguo Consejo de los Cuatrocientos instituido por Solón y aumentó su número a quinientos para adaptarlo al número de las tribus. El Consejo era la autoridad administrativa suprema del Estado, era deliberativo y tenía la iniciativa de la configuración de las leyes. De esa manera, el Consejo se convirtió en un organismo representante del pueblo, pero la Asamblea, que decidía las cuestiones importantes, controlaba y moderaba su poder.


Lo más importante que puede rescatarse de las reformas de Clístenes con respecto a la participación política de la población es que gracias a sus determinaciones casi todos los ciudadanos podían acceder a cargos públicos, si bien la tendencia aristocrática seguía en pie.


La sociedad.


La organización social ateniense estaba dividida en tres grupos fundamentales, los ciudadanos, los metecos y los esclavos.


"El ciudadano no lo es por habitar en un lugar determinado (de hecho los metecos y los esclavos participan de la misma residencia)." Los ciudadanos eran todos los hombres libres, hijos de padre y madre atenienses que habían cumplido los diecisiete años. El joven ciudadano era empadronado luego de una detallada investigación sobre su origen, y en caso de notarse falsedad en los datos, se le confiscaban los bienes y perdía la libertad.


Los metecos eran todos los habitantes del Ática que no tenían derecho a la ciudadanía, en su mayoría extranjeros domiciliados. Muchos de los metecos eran artesanos, pero la mayoría se dedicaba al comercio, que no era bien visto socialmente, pero que pasó a ser una fuente de riqueza para muchos.


"Lo que llamamos esclavo, era una institución que variaba de modo considerable y significativo en las diferentes partes del mundo griego." En su gran mayoría, los esclavos eran prisioneros de guerra, y estaban sometidos a las tareas que su amo les encargara. Éste podía castigarlos, pero en Atenas estaba prohibido darles muerte. Según Finley, que aclara que el trato no fue igual para todos los esclavos griegos, les estaba permitido contraer matrimonio y poseer cierto "capital" propio. "En Atenas se ve claramente la separación entre las distintas categorías legales: la distinción entre hombre libre y esclavo, lo mismo que entre ciudadano y no ciudadano, es bien nítida y quedan eliminadas las categorías intermedias."


En lo que respecta a la educación, en Atenas el tema era objeto los mayores cuidados. Se trataba de que los niños alcanzaran un desarrollo favorable tanto de su cuerpo como de su espíritu. La enseñanza era privada, por lo que las clases aristocráticas eran las mejor educadas. Desde los seis años, los niños asistían a la escuela, donde aprendían diversas actividades como la lectura, la escritura, los versos que relataban las historias de sus antepasados e incluso aprendían el manejo de instrumentos musicales. A los dieciocho años, el joven ingresaba en el ejército y a los veinte años, luego de un juramento, adquiría la plena ciudadanía. La educación para la política estaba reservada exclusivamente los descendientes de las familias aristocráticas, por lo que gran parte de los cargos políticos quedaban reservados a esta clase por una cuestión de formación.


Las Guerras contra los Persas.


La prosperidad e independencia de Grecia en la primera mitad del siglo V a.d.C. se vio interrumpida por los proyectos imperialistas del poderoso imperio persa. Ambos pueblos procedían de un mismo tronco etnolingüístico, ya que ambos eran indoeuropeos.


El elemento detonante de la guerra fue la rebelión una colonia griega en Asia Menor que no soportó las condiciones del dominio persa: Mileto. La rebelión de Mileto fue apoyada militarmente por Atenas, pero finalmente fue sofocada. Darío, el soberano persa, juro venganza por la participación de Atenas en contra de su imperio. Esta es la causa detonante de la guerra, pero existen elementos más profundos que pueden haber causado el conflicto, como el choque de dos sociedades poderosas militarmente como los griegos y los persas. En Heródoto puede notarse como la necesidad de territorio, la idea expansionista persa se ve frenada por los griegos y la confrontación se hace inevitable.


Luego de la rebelión jonia, Darío se vio obligado a recuperar sus territorios de Tracia (al oeste del Bósforo) para reforzar sus posesiones occidentales y controlar algunos abastecimientos, especialmente de metales y grano, de las ciudades griegas. Luego de ese fortalecimiento, lanzó su primer ataque naval contra Atenas en el año 490. "Los persas desembarcaron en Maratón, y allí, entre las montañas y el mar, los atenienses, gracias a la unión de una táctica diestra, una moral elevada y una competencia física, los obligaron a retroceder hasta sus barcos. Tras esto, y durante diez años, Atenas se vio libre para ocuparse de sus defensas y preparar tanto el futuro de toda Grecia como el de sí misma." Heródoto es el historiador de la antigüedad indicado para extraer información a cerca de la guerra contra los persas, ya que fue casi un testigo contemporáneo de ellas. Según él, los persas enviaron seiscientas naves a la batalla de Maratón y las cifras que da con respecto a las muertes en ambos grupos son dudosas dada su notoria diferencia ("seis mil cuatrocientos bárbaros y ciento noventa y dos atenienses"). Maratón fue la primera gran derrota de los persas frente a los griegos, pero no hubo intervención de los espartanos, que envió refuerzos cuando la batalla ya había concluido.


Darío murió sin poder vengar su derrota en Maratón. Lo sucedió su hijo Jerjes, que luego de reprimir una sublevación egipcia, destinó todas sus fuerzas a preparar un ataque contra los griegos. En al año 480 partió de Sardes con poderosísimo ejército y se dirigió a través de Tracia, Macedonia y Tesalia con el fin de atacar Atenas por el norte. El ataque fue tanto terrestre como marítimo. Los espartanos se enfrentaron con ellos en el paso de Las Termópilas, pero fueron derrotados numéricamente. Mientras se libraba la batalla de Las Termópilas, otro ejército griego situado al norte de la isla de Eubea se enfrentaba con resultado indeciso a las flotas navales persas. Entretanto, los persas habían saqueado Atenas e incendiado la Acrópolis; los habitantes de la ciudad se refugiaron en las islas de Salamina y Egina.


El siguiente gran enfrentamiento fue el de Salamina, donde las flotas navales griegas vencieron contundentemente a las persas, que las triplicaban en número. Luego de la derrota, Jerjes se retiró de Grecia. "Cuando Jerjes se percató del desastre que había sufrido, ante el temor de que algún jonio pudiera sugerir a los griegos la idea de zarpar hacia el Helesponto para destruir los puentes, o de que se les ocurriese a estos últimos por su cuenta (con lo que se vería bloqueado en Europa y en peligro de muerte), empezó a proyectar su huida."


A pesar de su huida, Jerjes dejó en Tesalia un poderoso ejército al mando del general Mardonio para seguir combatiendo. En al año 479 a.d.C. los griegos, a las órdenes de Pausanias (rey de Esparta) y Arístides, reunieron un ejército que venció a los invasores en la batalla de Platea. El mismo día, las naves persas que habían logrado escapar de Salamina fueron derrotadas en Micala, frente a la isla de Samos.


Aunque los griegos habían desalojado a sus enemigos del territorio continental, la guerra marítima continuó en el mar Egeo y en las costas de Asia Menor. El jefe espartano Pausanias desalojó a los persas de Chipre y sitió Bizancio, pero dominado por la codicia, pactó con los enemigos, por lo que fue destituido y condenado a muerte. Esparta, que no era una potencia naval, no deseaba proseguir con la lucha en territorios asiáticos, y cuando se enteraron que sus tropas iban a estar en manos del ateniense Arístides, se retiraron. El jefe ateniense reunió unas doscientas ciudades con las que formó la Confederación de Delos, cuyos integrantes debían contribuir con dinero, naves y soldados.


Atenas confió el mando de sus flotas a Cimón, quien durante cerca de veinte años prosiguió la lucha contra los persas. Logró expulsarlos del Egeo y de la mayor parte de Asia Menor. La Paz de Cimón puso fin a las denominadas "Guerras Médicas".


La importancia de las guerras contra los persas radica en los grandes logros que obtuvieron, los griegos, pero especialmente los atenienses. Las grandes victoria durante la guerra, pusieron a Atenas en una situación hegemónica con respecto a las otras polis griegas. Además de su supremacía militar, se había perdido el miedo al poderoso Imperio Persa que comenzaba a debilitarse. Las ciudades griegas de Asia Menor fueron liberadas, y la navegación a través del Mediterráneo fue exclusiva de los griegos.


Las ligas y las hegemonías.


Desde mediados del siglo VI a.d.C., se produce una profunda transformación en el mundo de las polis. La tendencia que cada ciudad – estado tenía hacia la autonomía política y autosuficiencia en su abastecimiento, se debilita cada vez más. Bravo explica que además, la época de las tiranías en la etapa arcaica había demostrado que era necesaria la intervención de polis fuertes militarmente, como el caso de Esparta, para recomponer el orden. Aunque Esparta no conoció regímenes tiránicos, estuvo siempre amenazada por interiormente por los grupos no privilegiados de su sistema: los ilotas. "Por esta razón Esparta era la primera interesada en contar con el apoyo militar exterior ante una potencial rebelión interna en el Peloponeso, que minaría las bases económicas de su peculiar sistema político." Hacia el fines del siglo VI empezaron a estrechar relaciones con las polis más cercanas a su territorio (como Tegea, Corinto, Mégara). Este grupo de ciudades que se formaba fue por intereses mutuos y la hegemonía era espartana, y su inicio se corresponde también con una serie de intervenciones espartanas en el Ática. Este grupo se denominó la Liga del Peloponeso. "Esparta había concertado con cada uno de los estados – miembros que serían integrados en un tratado multilateral que estipuló los derechos y obligaciones de los coligados."


En cuanto a Atenas, la guerra contra los persas, tuvo un gran significado en la conformación de la Liga Helénica. Si bien todas las polis habían intervenido de alguna manera en el conflicto, se había notado la superioridad de Esparta y de Atenas. El miedo a una nueva serie de ataques persas dio lugar a la conformación de una agrupación de ciudades denominada Liga Helénica. Esta liga estuvo comandada particularmente por los espartanos, pero el nacimiento de la Liga de Delos en torno a Atenas, y la ya existente Liga del Peloponeso, hicieron que la Liga Helénica no tuviera los resultados esperados.


Dada la mayor coincidencia de intereses entre los atenienses y los jonios, estos grupos se mantuvieron unidos luego de la guerra contra los persas y se juraron mutua defensa ante nuevos ataques. Ante la evidente superioridad de Atenas con respecto a los otros integrantes, su hegemonía fue inevitable y el grupo fue denominado Liga Ática, pero los estados pertenecientes fueron declarados iguales. El control de las finanzas de la liga fue confiado a un grupo ateniense. En el momento de su máxima expansión hacia mediados del siglo V, la Liga Ática estaba formada por polis de seis diferentes áreas regionales griegas: Ática (Atenas y la isla de Salamina), Asia Menor (Mileto, Éfeso, Colofón, Halicarnaso, etc.), islas del Egeo (Eubea, Rodas, etc.), ciudades del Helesponto, colonias y ciudades de Tracia (Estagira, Abdera, etc.) y colonias y ciudades de la Calcídica (Samotracia, Potidea).


El Imperio Ateniense: la época de Pericles.


Luego de las reformas de Clístenes, el siguiente personaje importante en la evolución política de Atenas fue Efialtes, él introdujo importantes cambios en la constitución ateniense. Aparentemente, luego de la guerra contra los persas el Areópago recuperó ciertas atribuciones en el gobierno de la ciudad. "Esto implica que el viejo Consejo había usurpado algunas funciones, de las que había quedado virtualmente relegado tras las reformas de Clístenes." Hacia el año 462/61 Efialtes convenció a la Asamblea acerca de la necesidad de tomar medidas contra el creciente poder del Areópago. Lo que el político Ateniense logró fue expulsar a algunos de sus miembros, recuperar las atribuciones administrativas que había tomado dicho órgano y privar al Areópago de sus atribuciones políticas que fueron distribuidas hacia la Asamblea, el Consejo de los 500 y los tribunales populares. De esta manera, el Areópago perdió todo su poder hasta que fue recuperado por la oligarquía en el 404.


Las reformas de Efialtes tuvieron una reacción política importante que le costó la vida en manos de algunos aristócratas expulsados del Areópago. Para esa época había cobrado importancia en la escena política Pericles. Pericles era hijo de un importante militar ateniense llamado Jantipo. Gobernó Atenas durante más de treinta años (desde el 460 hasta el 429) y nunca quiso ser arconte, prefiriendo compartir con nueve personas más el cargo de estratego, para el cual fue electo en quince oportunidades. Realizó diversas reformas que llevaron a la democracia ateniense a su máximo esplendor. "El objetivo primordial de estos cambios era lograr una mayor participación de ‘todos’ los ciudadanos en las tareas de gobierno, aunque la 4° clase soloniana (thetes) quedó de hecho relegada del ejercicio de las magistraturas importantes (arcontado) y los cargos que requerían una alta cualificación profesional (estrategas); en cambio los ‘zeugitas’ (3° clase) tuvieron acceso al arcontado desde 457/56." Pericles también organizó una serie de colonias agrícolas y comerciales fuera del Ática con el fin de disminuir el exceso de población en Atenas.


En previsión de una guerra contra Esparta, fortificó la ciudad de Atenas y el puerto del Pireo. Bravo define el gobierno de Atenas durante la época de Pericles como "democracia radical" o "directa", pero aclara que no todos los elementos de la población tenían la posibilidad de formar parte del gobierno de la ciudad y dice (citando a Finley) que "de todos modos el control de la democracia quedó en manos de un reducido grupo social que acabó convirtiendo al sistema en ‘demagogia’." Durante el gobierno de Pericles se produjo un florecimiento de todos los aspectos de la cultura, que hizo de Atenas un de los principales centros artísticos y culturales de su época.


Uno de los principales temas de discusión con respecto a este período de la historia de Grecia es el del denominado "imperialismo ateniense". Existen autores que afirman que no puede denominarse "imperio" al tipo de dominio que ejerció Atenas, mientras que otros afirman que puede ser denominado "imperio económico", como lo afirma Finley. Lo cierto es que "las polis implicadas no perdieron su autonomía política sino que, en teoría sólo vieron hipotecada su política exterior. " En su obra "La Grecia Antigua: Economía y Sociedad", Finley dedica el capítulo segundo a hacer un análisis económico del Imperio Ateniense, el autor firma que no pretende restar importancia al aspecto político del imperio, ni que el aspecto político y el económico no se encuentren relacionados, pero la cuestión económica fue la primordial en las relaciones exteriores atenienses y el factor con el que se impuso principalmente, que se encuentra a su vez íntimamente relacionado con el elemento militar. "En cualquier estudio del imperio ateniense hay que considerar juntas las dos categorías (servicio militar – naval y tributo), porque juntas fueron manipuladas por Atenas durante la mayor parte de la historia del imperio." Según Finley, cuando se fundó la Liga, los miembros se dividían entre los que colaboraban financieramente y los que lo hacían con barcos y tripulaciones.


Con el paso del tiempo, el segundo grupo de fue reduciendo hasta que quedó integrado sólo por dos polis. Por lo tanto, parece correcta la definición que hace Finley del imperio ateniense como un imperio económico, ya que los tributos de los miembros de la Liga fueron su principal sustento.

La Guerra del Peloponeso.


La Guerra del Peloponeso, posee gran importancia, ya que marca un gran cambio en el rumbo de la civilización griega. Las dos citas siguientes demuestran la importancia que le dan los estudiosos del Mundo Antiguo a Guerra del Peloponeso. La primera corresponde a Plácido Domingo: "El año 431, en el que se inicia la Guerra del Peloponeso, representa el final de un período, la Pentecontecia, que, gracias a una serie de circunstancias reales, unidas a la elaboración ideológica que se hizo de la misma, ha llegado a ser simbólica de una gran parte de las características que suelen atribuirse a la Grecia Clásica.". La segunda corresponde a Austin y Vidal – Naquet: "La Guerra del Peloponeso significó un giro decisivo en la historia de Grecia, tanto si la consideramos en sus aspectos políticos y militares, como si lo hacemos desde los sociales y económicos. Indica en efecto la decadencia de la ciudad como marco esencial de la civilización griega, y su sustitución durante el siglo IV por nuevos marcos, en particular por la monarquía, que será la forma predominante durante la época helenística."


Como se mencionó anteriormente, al finalizar la guerra del contra los persas, las ciudades griegas estaban divididas en dos grandes grupos, las de la Liga del Peloponeso, encabezada por Esparta y la Liga Ática, encabezada por Atenas. Según relata Tucídides, la principal causa de la Guerra del Peloponeso fue el miedo de los espartanos al poderío ateniense. El historiador explica la votación de los lacedemonios, diciendo que los ateniense habían violado un tratado con Esparta. "Los lacedemonios votaron que el tratado había sido violado y que se debía hacer la guerra, no tanto porque hubieran sido persuadidos por los discursos de sus aliados como porque temían que los atenienses se hicieran más poderosos."


Existían muchas diferencias entre ambos estados griegos; en lo político, existía una clara rivalidad entre las ciudades jónicas, apoyadas por Atenas y los gobiernos aristocráticos dorios apoyados por Esparta y en lo económico, la expansión comercial de Atenas lesionaba los intereses espartanos.


El "imperio ateniense", basaba su poderío en sus flotas marítimas, consideradas las mejores y más eficientes desde la guerra contra los persas y por lo tanto, dominaba la mayoría de las ciudades marítimas. Por su parte, Esparta dominaba gran parte de las ciudades del interior y confiaba en sus equipos terrestres.


La primera batalla estalló en el año 431 a.d.C., y la guerra duró veintisiete años, hasta el 404, y concluyó con la derrota de Atenas. Según el análisis de Tucídides, la guerra constó de tres etapas fundamentales: la primera duró diez años y se inicia con la invasión del Ática por los espartanos y se prolonga hasta la paz de Nicias; la segunda parte duró siete años y fue un período de relativa calma que se caracteriza por la expedición a Sicilia en la que los atenienses atacan a ls espartanos en una de sus colonias principales; y la tercera parte es denominada La guerra de Decelia, que termina con la victoria y el agotamiento general de toda Grecia.


La crisis de la polis.


Muchos autores coinciden al afirmar que el declive del poder de la civilización griega se da como consecuencia del desgaste del sistema que produce la Guerra del Peloponeso. El siglo IV a.d.C. fue el marco temporal en el que la crisis de la polis se hizo presente. Según Vidal – Naquet y Austin: "Si algo caracteriza al siglo IV es ante todo la guerra. El estado de guerra se convierte casi en permanente. De 431 a 338, es decir, durante casi un siglo, el mundo griego conoció casi constantemente la guerra generalizada, al margen, por supuesto, de los conflictos locales." El primer síntoma de la crisis que se hace presente es el fracaso del imperialismo de Atenas, que había resultado exitoso durante el siglo V. Según Michael Mann, Atenas no quería renunciar a la hegemonía que había obtenido, "pero no tenía la suficiente fuerza para defenderla contra la revuelta encabezada por Esparta en la Guerra del Peloponeso.


A su vez, la victoria de Esparta inauguró su propia y breve hegemonía a partir del 413. Tebas y Atenas se liberaron de esa hegemonía en los años siguientes al 380. A partir de entonces, ninguna ciudad – estado obtuvo la hegemonía ni la coordinación de la defensa regional." Según la teoría de Mann, la caída de la antigua Grecia tuvo una forma militar, dice que hacia el año 360 incluso Esparta había comenzado a reclutar hoplitas mercenarios. Estos mercenarios no eran ciudadanos ni estaban comprometidos con los asuntos políticos de las polis, esto "debilitó la democracia interna de la polis." Además los costos de la guerra de hicieron cada vez más altos, tanto que ya ni las grandes polis se los pudieron permitir. Dos tipos de jefes militares fueron teniendo cada vez más poder: el general / tirano mercenario y los reyes de las zonas del norte, que podían movilizar grupos armados sin tantos costos financieros (o políticos) como las polis del sur. Mann afirma que en ese momento, algunos grupos aristocráticos empezaron a traicionar a la democracia y a iniciar negociaciones con los nuevos agentes de poder. Esta etapa llega a su fin cuando Filipo, rey de Macedonia logra establecer una eficaz red de poder que le permite a su hijo desarrollar una idea imperialista que se encuentra con las debilitadas polis griegas que pronto se vieron sometidas


5. La Política.


Finley y el nacimiento de la política.


Moses Finley le dedica un capítulo de su obra El Nacimiento de la Política a explicar su visión del desarrollo de la actividad política en Gracia y en Roma. Dice que la política, a pesar de que surge en la denominada Edad Antigua, fue una de las actividades humanas menos frecuentes en todo el mundo premoderno. Finley afirma que la política fue un invento separado de los griegos y de los romanos/etruscos; también dice que seguramente existieron comunidades políticas primitivas en Oriente Próximo.


Según Finley, era la constitución "el marco dentro del cual se llevaba acabo la actividad política." El gobierno de toda polis o ciudad – estado consistía al menos en una asamblea, un consejo o consejos más pequeños y unos magistrados que podían ser electos de diferentes maneras. Este sistema es denominado por Finley como tripartito y es un sinónimo del gobierno de la ciudad – estado. El establecimiento de este sistema tripartito no fue concebido con el fin de establecer una separación de poderes como podría pensarse teniendo en cuenta los estados modernos.


Pero, a pesar de las similitudes y paralelismos que se pueden hacer entre la sociedad griega y la romana, existen ciertas diferencias entre ambos sistemas de gobierno. Una de estas diferencias es que en Atenas, los cargos estaban restringidos al termino de un año y para los miembros del consejo a dos años (con la excepción de los estrategos), mientras que en Roma, uno de los órganos más fuertes y elitistas del gobierno de la República como el Senado, tuvo puestos vitalicios. Tanto en la forma de gobierno ateniense como en la romana, Finley advierte que "no existía separación entre el departamento civil y el militar. No sólo el ejército era una milicia de ciudadanos (aunque no la armada), sino que los jefes eran oficiales civiles de graduación."


Otro elemento importante a tener en cuenta en el estudio de las formas políticas atenienses y romanas es la cuestión del tamaño de los territorios en los que se gobernaba y el impacto de la guerra en ambas sociedades. La gran mayoría de las ciudades – estado no poseían más de 10.000 ciudadanos varones adultos (Finley), y lo mismo sucede con las ciudades de Italia que fue ocupando Roma en los inicios de la República, mientras que la población de Atenas pudo llegar a los 40 o 50 mil ciudadanos y la de Roma a muchos más. Es fácil deducir de estas cifras que la forma de representación era mucho más efectiva en los lugares pequeños, donde los ciudadanos podían reunirse de hecho en la asamblea frecuentemente y hacer sentir sus necesidades políticas.


En cuanto al impacto de la guerra, está muy asociado con la expansión territorial y sus consecuencias y con las modificaciones a largo plazo que genera la guerra en las jerarquías y formas sociales. Roma fue un estado conquistador desde el comienzo de su historia. "La combinación, por una parte, de adquisición territorial y asentamiento constante de campesinos (ciudadanos) en la tierra conquistada con la conservación, por otra parte, del entramado de la ciudad – estado y una cierta medida de participación popular en el gobierno, dio un peculiar sello romano a todos los aspectos de su historia, sociedad y política." Por su parte, Atenas en su etapa imperial, no se dedicó a anexar territorios al estilo romano (es decir, tanto jurídica como políticamente), sino que adquirió un imperio que le pagaba tributos. La diferencia de tamaño entre ambas sociedades en sus etapas de apogeo es claramente diferente. Según Finley, estas diferencias de magnitud, sin duda repercutieron en la política. Por ejemplo, el aspecto conquistador romano influyó en el funcionamiento y las características de su constitución, así como en el carácter y comportamiento de sus líderes políticos.


El tema de la participación popular en Atenas y Roma es también muy importante para comprender las formas políticas de ambas sociedades. Según Finley, "pese a todas sus diferencias [Atenas y Roma] tuvieron en común un elemento de participación popular. Por consiguiente los líderes políticos, quienesquiera que fuesen y comoquiera que hubieran adquirido su status, se veían obligados no sólo a maniobrar entre sí, sino también a maniobrar de tal modo que se asegurasen el apoyo popular para diversos fines." Naturalmente, el liderazgo político fue monopolizado por el sector más rico de los ciudadanos. Finley atribuye a este hecho un motivo psicológico y uno financiero, el primero "emanaba de una sociedad tradicionalmente jerárquica", mientras que el segundo se da debido a que las clases más adineradas eran las que podían sostener los gastos de gobierno y de guerra. Por lo tanto, Finley concluye afirmando que la política, al nivel de los líderes, era una actividad de dedicación plena, que se convertía en un modo de vida. Los individuos debían primero elegir dedicarse a la política para luego intentar progresar, por esa razón se hacía necesaria una familia capaz de solventar los gastos y de poder establecer el punto de partida en la carrera de uno de sus integrantes.


El funcionamiento de la democracia ateniense y sus órganos de gobierno, comparación con Roma.


A partir de las reformas de Clístenes, son muchos los autores que consideran que se inicia la democracia en Atenas. Las magistraturas eran electivas y los funcionarios elegidos por sorteo duraban generalmente un año en sus cargos y transcurrido ese lapso, la Asamblea juzgaba su actuación. El gobierno ateniense poseía las siguientes instituciones:


El Arcontado. Con el desarrollo de la democracia, los nueve arcontes tradicionales fueron perdiendo autoridad. Finalmente, conservaron ciertas atribuciones de carácter judicial y religioso.


El Consejo (Bulé). Luego de las reformas de Clístenes lo integraban quinientos miembros, sorteados anualmente entre ciudadanos mayores de treinta años. Para deliberar, debido a su número, se dividían en diez secciones con cincuenta miembros cada una, que trabajaban una décima parte del año. El Consejo poseía amplias atribuciones, especialmente legislativas. Estudiaba todas las cuestiones de estado, preparaba y discutía los proyectos de ley y se ocupaba de las relaciones exteriores.


La Asamblea del pueblo (Ecclesia). La componían todos los ciudadanos mayores de veinte años y era convocada, generalmente cada ocho días. Se reunía en el Ágora o en las proximidades de la Acrópolis. La Asamblea tenía la facultad de declarar la guerra, elegir anualmente los funcionarios y examinar su situación. Además era la encargada de ejecutar el ostracismo y otorgar la ciudadanía.


Los estrategos. A partir del siglo V a.d.C., diez estrategos reemplazaron al arconte ptolemarca en el mando del ejército y las fuerzas navales. Podían ser reelectos, y en caso de guerra uno solo dirigía las operaciones. Con el transcurso del tiempo aumentaron su prestigio y algunos, como Pericles, ocuparon altos cargos de poder.


El Areópago. A pesar de conservar su autoridad moral, en la práctica, perdió casi todas sus atribuciones. Juzgaba cierto tipo de crímenes, pero fundamentalmente cuidaba la educación y las costumbres.


El tribunal de los Heliastas. Lo integraban seis mil jueces (seiscientos por tribu) sorteados entre los ciudadanos mayores de treinta años. Como era un cuerpo demasiado numeroso, para sus deliberaciones se dividía en diez secciones de quinientos miembros cada una y se elegían mil suplentes. Esta cantidad excesiva de jueces, fue perjudicial para el funcionamiento de la justicia. Las atribuciones judiciales de este órgano, eran amplias, pues entendía en casi todo tipo de crímenes, menos los asesinatos, que correspondían al Areópago.


La siguiente es la organización de los órganos gubernamentales durante la República romana:


Los magistrados: Las magistraturas fueron electivas, sus integrantes (salvo contadas excepciones) eran elegidos por sufragio popular y duraban generalmente un año. El trabajo en las magistraturas no era remunerado, y debía ser respetada una serie de jerarquías que establecía que sólo podían participar en los cargos mayores quienes habían formado parte de cargos menores. Los magistrados en Roma eran los siguientes:


Cónsules: Una vez expulsados los reyes, el poder civil y militar quedó en manos de dos cónsules que ejercían sus funciones anualmente. Ejercían la mayor autoridad pues presidían el Senado, convocaban a asambleas populares y comandaban los ejércitos.


Dictadura: Cuando una invasión o guerra civil amenazaba a Roma, los cónsules eran suspendidos en sus funciones y reemplazados por un dictador, que gobernaba sólo. Como estaba investido con muchas atribuciones, debía renunciar cuando el peligro terminaba, y si los conflictos continuaban debía ser reemplazado a los seis meses.


Censores: Estos dos magistrados tenían la misión de confeccionar cada seis años el censo, es decir, el padrón general del pueblo romano donde figuraba la nómina de ciudadanos y sus bienes. Con el transcurso del tiempo, aumentaron sus atribuciones, llegaron a poder vigilar la conducta de los funcionarios y "degradar" a un senador y hasta expulsarlo de sus funciones.


Pretores: En principio, los cónsules resolvieron las cuestiones judiciales, pero con el tiempo la cantidad de problemas aumentó y se creó el puesto de pretor. En un primer momento no existió más de uno, pero luego llegó a haber hasta doce.


Tribunos de la Plebe: Representaban al pueblo y duraban un año en el desempeño de su cargo. Eran funcionarios que defendían a las clases desprotegidas ante las arbitrariedades de los patricios. Por medio del veto podían impedir el cumplimiento de una resolución que afectara los intereses de sus representados.


Ediles: Tenían a su cargo los asuntos policiales, el cuidado de los edificios y la celebración de los festejos públicos.


Cuestores: Eran los funcionarios que se ocupaban de las cuestiones financieras. Administraban el tesoro público, controlaban los gastos del Estado y percibían los impuestos de los territorios conquistados.


2) Senado


Es el cuerpo más famoso de la República Romana. Fue creado durante la monarquía y contó en un principio con trescientos miembros, aunque posteriormente su número aumentó a seiscientos. Sólo podían integrarlo aquellos que ya habían participado, por lo menos, en una de las magistraturas del Estado. En principio eran elegidos de forma vitalicia, pero aproximadamente desde el siglo IV a.d.C. los censores tenían la atribución que les permitía la posibilidad de destituirlos si su conducta no era honorable.


El senado tuvo amplios poderes. Intervenía en las funciones legislativas, porque tenía la facultad de tener gran peso en la aprobación de las leyes. Sus propias resoluciones eran denominadas "senadoconsultos" y trataban cuestiones referentes a la administración interior, al gobierno de las provincias, a la religión y a la política exterior.




Los Comicios


Para expresar su opinión en asuntos de gobierno, los ciudadanos se reunían en asambleas del pueblo o comicios. Estos comicios eran tres:


Comicios curiados: Fue la asamblea más antigua y se basaba la división religiosa del pueblo por curias. Sus integrantes eran exclusivamente patricios y se agrupaban en treinta curias, las cuales trataban los asuntos aisladamente y luego cada una de ellas emitía un voto.


Comicios centuriados: En estas asambleas, los concurrentes, patricios y plebeyos, se dividían por centurias o agrupación militar de ciudadanos de cinco clases, de acuerdo con su fortuna. Aunque se admitía la participación popular, los elementos aristocráticos tenían mayor peso. Por su carácter militar se reunían en el Campo de Marte porque estaba prohibido el ingreso de tropas armadas a la ciudad de Roma. Los comicios centuriados elegían a los altos funcionarios del gobierno, creaban y derogaban ciertas leyes, decidían apelaciones de sentencias judiciales y podían declarar la guerra o concertar la paz.


Comicios por tribus: Todos los ciudadanos pertenecían a esta asamblea y no había distinción entre ricos y pobres. Es considerada como la verdadera institución democrática de la República Romana, y su prestigio aumentó con el tiempo. El criterio de división era el de las tribus, es decir, los "barrios" en los que se dividía el territorio romano.


Como bien afirma Finley, es un error establecer la ecuación democracia = régimen electoral para la política en el Mundo Antiguo. Este error surge de nuestra idea moderna de Estado y de democracia y "exige un esfuerzo consciente para dejarla de lado en el estudio de la política antigua." Es un grave error pensar a Atenas o Roma cómo regímenes electorales, las elecciones existían, pero no tenían el peso final y absoluto que, en teoría, tienen hoy en día. Esto sucedía por varias razones, en primer lugar podía existir un consejo que tuviera en sus manos la decisión final, además podía suceder que los cargos electivos no sean los realmente importantes para el gobierno de la ciudad, y también hubo "un liderazgo salido casi exclusivamente de las clases sociales altas."


En Atenas, las cesiones de la Asamblea eran públicas para cualquier ciudadano que quisiera acudir, en la Asamblea se tenía el poder del voto directo para las propuestas que se debatían abiertamente. Además, como se mencionó anteriormente, había dos consejos, el Areópago, que era un vestigio arcaico que fue perdiendo todo su antiguo poder en manos del Consejo de los Quinientos. Los miembros de este último eran elegidos por sorteo de entre todos los ciudadanos de más de treinta años que decidían que su nombre fuera presentado en la lista; la duración de los cargos era de un año y un hombre podía ejercerlo sólo dos veces en su vida. Según Finley, "casi todos los magistrados eran seleccionados también por sorteo, sello de democracia para los griegos". Aristóteles no habla de sufragio al definir a la democracia, sino que se refiere concretamente al sorteo en las magistraturas: "Democracia es la forma de gobierno en la que las magistraturas se reparten por sorteo."


El poder de los magistrados se veía limitado porque se veían controlados mediante lo que Finley denomina calificaciones (es decir sus méritos), lo que perjudicaba a los magistrados frente a la Asamblea o el Consejo de los Quinientos.


Si bien todo este sistema hace parecer que había gran participación de las masas populares, no se puede aseverar con certeza que esto haya sido realmente así. "La Asamblea no era un parlamento con miembros fijos; no hay duda de que pocos ciudadanos comunes y corrientes se tomaron la molestia de asistir a sesiones de rutina, pero es inimaginable que el tema de ir o no a la guerra con Esparta encontrara un desinterés semejante." Además, resulta imposible imaginar que un decreto pudiera ser tratado detalladamente en una sesión multitudinaria de una Asamblea al aire libre. Finley afirma que era extraño que un ciudadano común y corriente que asistía a la Asamblea se tomara la molestia de recurrir a los registros públicos a verificar datos que eran tratados sólo en forma oral en los debates, cosa que resulta lógica.


En cuanto a Roma, pueden encontrarse diferencias notorias respecto a Atenas. Existen similitudes como la imposibilidad recién mencionada a acceder a información necesaria, el papel de la gloria militar en la política y el patronazgo cómo método para obtener liderazgo político. En cuanto a las diferencias, hay muchas entre el sistema ateniense y el romano. Los romanos poseían no una, sino tres asambleas a las que dirigirse para tratar los problemas de su comunidad. Pero a pesar de que este hecho aparenta un mayor grado de participación popular en el gobierno, no es así, ya que "los recursos formales ideados para asegurar un estrecho control de la elite se acumularon hasta equivaler a una auténtica camisa de fuerza.". Finley explica una serie de elementos que lo llevan a la conclusión de que las clases dominantes romanas tenían todo un sistema burocrático que desfavorecía, y en algunos casos, impedía la participación popular. Por ejemplo no había fechas fijas para las sesiones y ni siquiera para las elecciones anuales de cónsul. Y cuando por fin había una asamblea, no había discusión, sino solamente una votación para aprobar o rechazar un proyecto de ley, y ni siquiera estaba permitido tratar más de un proyecto de ley por sesión. Este tipo de reglas generaban importantes trabas a la participación de los ciudadanos, especialmente los que vivían a cierta distancia de la ciudad de Roma, donde se realizaban la totalidad de la prácticas políticas.


6. Conclusión


Resulta muy interesante una afirmación que hace Finley con respecto a la evolución de la política en Atenas y Roma: explica cómo la coacción a la que estaban sometidos tanto los griegos como los romanos los llevaron a innovar permanentemente en las formas de liderazgo y de representación y que eso explica de alguna manera su "originalidad". Esto quiere decir que el desarrollo de la política no fue un acto consciente, sino que se fue dando en base a las necesidades del momento.


A lo largo del trabajo se ha visto como la democracia en Atenas y la República Romana, no eran sistemas "democráticos" en el sentido que los entendemos hay en día, ya que representaban sólo a una porción muy pequeña de la población. Estos sistemas dejaban de lado a numerosos sectores, como las mujeres o los esclavos, además de los ciudadanos que tenían derechos políticos limitados. Además de este grupo que quedaba fuera del sistema, los ciudadanos que sí tenían derechos políticos se veían también limitados en su accionar por diversas razones, desde las dependencias generadas por clientelas y facciones hasta por "fallas" estructurales del sistema que dejaban las decisiones realmente importantes en manos de las elites aristocráticas.


Esto no quiere decir que los sistemas estudiados no hayan sido representativos de la masa de ciudadanos en ciertos aspectos, el sistema democrático ateniense fue una gran novedad para el Mundo Antiguo, que significó la momentánea desaparición de los regímenes unipersonales como monarquías o tiranías. Por primera vez había órganos de gobierno organizados que se limitaban sus poderes entre sí y cuyos integrantes (salvo en ciertas excepciones) eran elegidos por el pueblo o al azar y no respondían (en teoría) a los grupos de poderosos aristocráticos que usualmente detentaban el poder.


Finalmente, resulta importante comprender la gran influencia del contexto histórico en el que se evoluciona un sistema político, ya que la política no es una actividad aislada de la situación del lugar en el que se desarrolla. Las guerras, la economía los cambios sociales, son productos de decisiones políticas y, a su vez, producen decisiones que modifican la política.




7. Bibliografía.


Bravo, Gonzalo: "Historia del mundo antiguo". Una introducción crítica. Madrid, Alianza, 1994.
Vidal Naquet y Austin: "Economía y sociedad en la Grecia Antigua". Barcelona, Paidós, 1887.
Finley, Moses: "El nacimiento de la política". Barcelona, Crítica, Grijalbo, 1986.
Finley, Moses: "Grecia Antigua: Economía y Sociedad". Barcelona, Crítica, Grijalbo, 1984.
Domingo, Plácido: "La Sociedad Ateniense. La evolución social de Atenas durante la Guerra del Peloponeso". Barcelona, Crítica, Grijalbo, 1997.
Bowra, C.M.: "La Atenas de Pericles". Madrid, Alianza, 1974.
Mann, Michel: "Las fuentes del poder social. Una historia del poder desde los comienzos hasta 1760". Madrid, Alianza, s/f.


Fuentes históricas:


Aristóteles; "Política". Madrid, Editorial Gredos, 2000.
Aristóteles; "Retórica". Madrid, Editorial Gredos, 2000.
Heródoto; "Historia". Madrid, Editorial Gredos, 2000.
Tucídides; "Historia de la Guerra del Peloponeso". Madrid, Editorial Gredos, 2000.

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